El 23 de octubre de 1987, el Consejo de Europa declaró el Camino de Santiago como primer Itinerario Cultural Europeo.
Este distintivo, que actualmente reconoce a un total de 32 rutas, animaba a la recuperación y puesta en valor del Camino, ejemplo de europeidad y un privilegiado espacio de encuentro.
Recordamos que ese mismo año, se celebró en Jaca el I Congreso Internacional de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, que sirvió para aglutinar esfuerzos y presentar criterios de análisis y desarrollo conjunto entre las asociaciones existentes, que en aquel momento no eran más de una docena. Este congreso marcó en gran medida el desarrollo del Camino y los objetivos para los siguientes años, y constituyó una interesante labor en equipo, fraguada en el plan de revitalización del Camino.
El lunes 23 de octubre de 2017 comenzarán en Santiago de Compostela las celebraciones conmemorativas de la declaración del Camino de Santiago como primer Itinerario Cultural Europeo. Tendrán lugar durante tres días, incluyendo congresos, seminarios y un concierto en la Catedral.
Entre los actos programados destaca un acto oficial de conmemoración el lunes en el Hotel Monumento San Francisco, un concierto a las 21.00 del artista Amancio Prada en la Catedral de Santiago (cuyas entradas ya están agotadas) o el seminario ‘Camino de Santiago y Europa’ que se celebrará hasta el miércoles 25 incluido.
En aquella declaración de 1987, el Consejo de Europa estableció la necesidad de revitalizar el Camino de Santiago a través de seis acciones: identificar los Caminos de Santiago en Europa, señalizar los principales itinerarios mediante un emblema común, restaurar y poner en valor el patrimonio cultural y natural, fomentar la cultura y la investigación de la historia jacobea, favorecer el intercambio permanente entre los territorios por los que pasa el Camino y promover la creación artística y cultural que difunda los valores de identidad común.
La dimensión religiosa, la cultural y la europea centran un texto que reconoce el carácter altamente simbólico del Camino en el proceso de construcción de Europa. “Que la Fe que animó a los peregrinos en el curso de la historia y que los reunió en un anhelo común, más allá de las diferencias y los intereses nacionales, nos anime también a nosotros en esta época, y particularmente a los más jóvenes, a recorrer estos caminos para construir una sociedad fundada en la tolerancia, el respeto a los demás, la libertad y la solidaridad”, concluye la Declaración de Santiago de Compostela.
CAMBIOS EN ESTOS 30 AÑOS
Para José Antonio Ortiz, director de la revista Peregrino, la declaración fue decisiva para lograr un resurgir de esta ruta de peregrinación, «se pasó de la nada al todo», porque en aquella época no había un conocimiento masivo del Camino. Ortiz destaca dos grandes cambios a lo largo de estas tres décadas. Por una parte, la recuperación de los propios Caminos. “Hace años había conciencia de peregrino pero no había una ruta. Tú ibas por donde podías”, asegura Ortiz, para quien muchos Caminos, a pesar de recuperación reciente, hacen definitivamente más fácil la peregrinación.
Y por otra, la hospitalidad. “Sin albergues, sin hospitaleros, el Camino es impensable. Son tan necesarios como una estación de servicio en una autopista: para repostar y cargarte de energía. La hospitalidad es lo que facilita que ser peregrino se pueda llevar a la práctica”.